El Power Metal y yo tenemos una historia complicada que empezó hace ya más de 12 años cuando me introduje a ese estilo el cual, para esa época, estaba pasando por un gran momento con actos como Rhapsody, Stratovarius, Edguy, Primal Fear, Nightwish y Sonata Artica. Era un momento donde mi dieta musical era en su mayoría compuesta por Power, Power y un poco más de Power pero aún asi no me quejaba; claro que todo en exceso en malo y aunque estas bandas marcaron las reglas del juego muchos otros intentaron seguir sus pasos solo que tal vez no de la manera más adecuada, ¡Claro que también habían excepciones a la excelente cantidad de bandas del momento (Skylark) pero en general esta fue una tremenda oportunidad para que el Power Metal se disparara de la forma en que lo hizo! El lado negativo no obstante empezó en el momento que cientos de otras bandas aparecieron sin ofrecer nada que fuera nuevo, original o por lo menos decente. Ahí comenzó mi separación del reino del Power Metal.

Como es de esperar nunca dejé de perder la esperanza de que alguna banda nueva diera la cara por el estilo pero simplemente era difícil (no imposible) encontrar alguna que lo hiciera, por eso al escuchar que Serenity iba a sacar un disco nuevo mi expectativa no era la más alta especialmente porque con solo ver la portada no pude sino esperar otro disco de dragones, princesas y espadas mágicas pero luego de escucharlo y leer las letras queda claro que hay mucho, mucho más que lo se percibe a primera vista. Realmente a nivel de letras este disco es abundante en temas interesantes y perspectivas creativas lo que resulta en que este pueda ser el enganche para muchas personas que disfrutan de temas bien pensados en la música.

El disco es de alguna manera conceptual ya que si bien no traza una historia o mantiene una narrativa organizada todos los temas tratan de manera individual de algún personaje histórico; ya sea de Cristóbal Colón, Jaques De Molay, Marco Polo o Galileo Galilei, el impacto histórico en la composición es vital para darle al álbum un toque algo teatral. Como invitados especiales tenemos a 3 vocalistas que ayudan a aportar algo de credibilidad al asunto de los personajes; ellas son Ailyn (Sirenia), Charlotte Wessels (Delain) y la talentosa Ammanda Somerville (Epica, Kiske, Aina, Avantasia).

En lo que se refiere propiamente a la música el disco es Power Metal puro con algunos toques sinfónicos, pero hay que entender que no es un disco de carácter épico, por lo que estos toques se limitan a enriquecer el sonido y no a comérselo. Hay de todo un poco: baladas, medios tiempos y momentos rápidos que están balanceados de buena manera pero aún con todo eso no logro digerir este disco en una sola sentada ya que son casi 70 minutos desde que arranca hasta que termina, lo que para mi es algo exhaustivo.

En este momento Death & Legacy es uno de los discos de Power Metal que lo pensaría dos veces a al hora de recomendarlo a alguien que disfrute de este estilo especialmente porque tiene buenas ideas que cuajan bien y de manera coherente con lo que la banda busca proyectar y de hecho hay temas que casi son maravillas post modernas (bueno, no tanto pero ustedes entienden la idea). Para una persona que no es muy afín al Power Metal este disco tiene muy poco que pueda evangelizarlos pero eso pasa con muchos lanzamientos actuales. Como un antiguo fan de esta rama musical tengo que admitir que este álbum me trajo buenas memorias acerca de como se puede hacer un buen disco de Power Metal ya que este lo es, pero para un verdadero seguidor de este género este es un disco que no puede perderse.

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