70000 Tons Of Metal es un viejo conocido. Desde sus inicios hace poco más de 10 años y con una premisa casi increíble, este festival se ha convertido en un favorito de los seguidores del Metal y las experiencias únicas: Por un lado se tiene a 60 bandas que abarcan desde los géneros más extremos hasta los más melódicos del Metal e incluyen algunas de las agrupaciones más conocidas y otras que recién están en crecimiento, por otro lado se tiene un crucero con conciertos constantes, actividades recreativas y comida incluida (eso sin mencionar que las bandas comparten el mismo espacio que los asistentes). Por eso mismo es que no es de extrañar que el evento se anuncie como un "backstage pass" de una semana.

 

El festival ha contado con un crecimiento enorme y popularidad que cada año parece que aumenta al punto que ya para el 2015 se usó un barco de mayor capacidad y los asistentes pasaron de 2 mil a 3 mil, además de que cada año que pasaba se incrementaba el numero de países asistentes hasta llegar en el 2018 a contar 75 nacionalidades a bordo. Ya para 2020 el evento estaba consolidado y ese año muchos de los participantes lo catalogaron como una de las mejores ediciones del festival (tuvo lugar en Enero). El próximo destino se anunció con bombos y platillos: la edición 2021 tendría lugar en Jamaica. Luego de eso, el 2020 siguió su curso y como es de esperar, 70000 Tons Of Metal se puso en pausa. Es por eso que luego de varios años de cancelaciones la edición 2023 tenía muchas expectativas que cumplir, muchos ojos encima y una cantidad abundante de escepticismo que convencer. Y justamente en esas expectativas y escepticismo es donde vamos a arrancar.

 

Como es de esperar, luego de tanto tiempo las ansias de la personas esperando asistir al regreso del 70000 Tons Of Metal eran enormes, no obstante a pesar de las muchas expectativas y ganas de que se concretaran los detalles del evento, muchos de sus asistentes habituales se mostraban poco convencidos de que el evento tuviera lugar. La razón principal es que a pesar de que se había confirmado el lugar y fecha, los anuncios de las bandas tardaron mucho en empezar y esto provocó muchos comentarios y especulación. El evento que iba a tener lugar el 30 de Enero anunció la primera banda el 28 de Octubre, lo que causó una combinación de alivio pero al mismo tiempo zozobra en el público, ya que en 4 meses tendrían que confirmar 59 bandas, enviar códigos de reservación (separados por tipo de pasajero), preparar el plan de pagos, atender cualquier problema con las reservaciones y zarpar (es un barco nuevo y desde un puerto diferente). En otras palabras, toda una pesadilla logística. Honestamente no es una posición muy envidiable para una organización, especialmente cuando el éxito del evento depende de crear confianza ese público.

Con el pasar de los días la información y detalles del evento comenzaron a aumentar y poco a poco se fue dando un poco más de forma al festival a pesar de algunos tropiezos (cancelaciones abruptas de bandas, reducción en los tiempos de pago, etc). Muchas preguntas seguían en el aire y ya para principios de Enero solamente quedaba esperar. Es así como finalmente llegó el día pactado y donde el viaje empieza.